El arroz inició la siembra en Entre Ríos con una fuerte caída del área prevista

La intención de siembra para el ciclo 2025/26 se reduce un 13% (59.000 hectáreas) debido a la baja cotización del grano y los altos costos de producción. Se anticipa un cambio hacia variedades de mejor margen.

 

La siembra de arroz para el ciclo agrícola 2025/26 ha comenzado en Entre Ríos, aunque con un avance inicial modesto del 1% sobre la superficie total esperada. Sin embargo, el inicio de la campaña está marcado por un panorama de contracción en el área implantada.

De acuerdo con el Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), la superficie final sembrada se proyecta en unas 59.000 hectáreas, lo que representa una reducción del 13% en comparación con las 67.850 hectáreas del ciclo anterior.

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Factores de la contracción y reconfiguración varietal

La menor intención de siembra es impulsada por una combinación de factores económicos que vuelven poco atractiva la producción:

  • Baja cotización del grano.
  • Escasa demanda de los molinos, que actualmente están bien abastecidos.
  • Altos costos de producción, que elevan el rinde de indiferencia a niveles muy exigentes, especialmente para el arroz largo fino.

Ante este escenario, los técnicos prevén una reconfiguración varietal. Se espera que disminuya la proporción de arroz largo fino en favor de los arroces tipo doble, que ofrecen márgenes económicos más favorables para los productores, en un intento por sostener la rentabilidad.

Desafíos climáticos y atraso en labores

A las dificultades financieras se suman los retos climáticos que complican el ritmo de siembra. Las labores de preparación de los lotes presentan atrasos significativos. Si bien mayo y junio ofrecieron condiciones favorables, las lluvias persistentes de julio y agosto generaron excesos de humedad en los suelos.

Para que las tareas de implantación logren tomar un ritmo normal, será indispensable contar con un período de 7 a 10 días sin precipitaciones que permitan el secado de los suelos.

De esta manera, el ciclo 2025/26 arranca con una doble presión para los productores arroceros entrerrianos, quienes se ven obligados a ajustar estrategias productivas y de manejo para enfrentar el contexto adverso.

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