Al igual que sus pares entrerrianos, los productores santafesinos temen por la crecida del río Paraná en la parte superior de la cuenca, que encendió las alertas entre los ganaderos de isla, que en estos días intensificaron los movimientos de evacuación que habían iniciado semanas atrás. La situación plantea una seria dificultad: encontrar lugares aptos para alojar esa hacienda en tierra firme, donde los campos aún no se recuperaron de la sequía.
El Director de Producción Pecuaria y Avícola, Pablo Fiore, sostuvo que la perspectiva “es preocupante, no solo para el área urbana sino para las islas, donde hay mucha actividad ganadera”. Desde el Instituto Nacional del Agua (INA), estimaron que para el 10 de noviembre el hidrómetro del puerto de Santa Fe alcanzaría niveles de alerta (5.30m).
“La gente está empezando a mover hacienda, están empezando a cruzar a zona de altura; tratando de conseguir lugares donde ubicar ese ganado”, dijo Fiore. Y apuntó que, a su criterio, “esta creciente viene bastante complicada; hacía varios años sin pronósticos de una crecida de esta magnitud”.
En el norte provincial, en el departamento General Obligado, como hacia el centro, en el departamento Garay, los ganaderos de isla ven con preocupación el escenario. Muchos ven “complicado” el panorama con los niveles en Iguazú y Andresito. Supeditan la gravedad al tiempo que el río se sostenga en esos valores, considerando que el río va a cubrir zonas las riveras.
Por otro lado, los registros en Corrientes y Bellavista (4.99m y 4.73m, respectivamente, al 31/10), todavía no son de alerta. Si allí los niveles fueran de 5.50/6 metros, aseguran los productores, “el río taparía las márgenes”, pero hay que esperar, “porque las crecientes no son todas iguales”.